Familia

Los niños también sufren complejos; entérate de cómo se forman en ellos

Como padres, podemos orientar a los niños acerca de sus inseguridades y complejos
viernes, 9 de septiembre de 2022 · 18:39

Ciudad de México.- Nada nuevo, los niños también sufren complejos. En los primeros años de escuela son comunes los apodos, aunque pueden provocar risas, destruyen el autoestima del niño y dan lugar a inseguridades. Un niño que ya es consciente de sí mismo y de su imagen puede cuestionarse su identidad, la forma en que se le percibe y, en consecuencia, tener complejos.

¿Cómo surge un complejo en un niño? En general, existe una interdependencia entre un fenómeno interno y otro externo. Internamente, un niño o un joven adolescente idealiza un modelo -una estrella, un profesor, un padre, un amigo, etc.- con el que se comparará y tratará de encontrar ciertas características físicas similares: pelo ondulado, nariz fina, etc.

Si no los encuentran, el niño empezará a tener dudas. Luego viene la confirmación o desaprobación del exterior, que confirmará lo que el niño ya piensa. En pocas palabras, si un niño se ha dado cuenta de que sus orejas son más grandes que las de un amigo y sus amigos le ponen un apodo relacionado con esta característica física, en ese momento puede nacer la inseguridad corporal

Los niños empiezan a buscar su identidad y a pensar en la imagen que quieren proyectar a partir de los 11 años. También es el momento en el que quieren diferenciarse de los padres y esto suele implicar su imagen. Probarán diferentes estilos: cortes de pelo, ropa, maquillaje, etc. La clave es encontrar una imagen que les convenga, y para ello se inspiran principalmente en las imágenes que transmite la sociedad, sobre todo a través de los anuncios y las revistas.

Si un niño se queja regularmente de una característica física que le molesta, hay que hablar del tema con él para encontrar el origen. Si se trata de un comentario de un familiar o de un apodo puesto en la escuela, el problema puede resolverse rápidamente mediante una conversación entre el niño y los padres. Por otro lado, si la inconformidad persiste, puede ser un signo de un verdadero problema de autoestima, cuyo origen hay que encontrar. En este caso, puede ser aconsejable consultar a un profesional.

Fuente: Todo para Ellas