¿Se hincha tu abdomen? Más allá de lo que comes, estas son las otras causas

Ciudad de México.- Las disfunciones intestinales, como la hinchazón, están causadas por múltiples factores. Si alguna vez lo has padecido, conocerás de sobra los síntomas, como dolor de estómago, abdomen inflamado, sensación de pesadez y acumulación de gases. ¿Por qué nos afecta más a unas que a otras? ¿Es el contenido de nuestros platos el único culpable?

Dejémoslo claro, la hinchazón se produce tras una mala fermentación de los gases en el intestino. La mala fermentación es causada por el desequilibrio en la microbiota, la cual está formada por bacterias que controlan el tránsito. Lo ideal es que exista un balance entre bacterias buenas y malas. Pero cuando las negativas son más numerosos, se crea un desajuste en el sistema digestivo.

En algunos organismos, los alimentos denominados FODMAP (Fermentable by colonic bacteria Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides And Polyols, en inglés) pueden provocar hinchazón. A este grupo formar parte los puerros, setas, manzanas, cerezas, melocotones, peras, entre muchos otros. Cuando se consumen en exceso, a veces son mal absorbidos por el organismo. Por supuesto, las intolerancias alimentarias como el gluten, la lactosa, la fructosa o los edulcorantes también pueden provocar hinchazón.

Durante las comidas, el tiempo que se tarda en comer también desempeña un papel esencial en el bienestar digestivo. Cuando comes demasiado rápido, las piezas se digieren peor, lo que produce los gases.  El estreñimiento también puede causar molestias. Si no se evacuan las heces correctamente, la circulación de los gases se ralentiza, aumentan en cuanto a volumen y derivan en hinchazón.

Otro motivo corresponde a los músculos abdominales. Cuando los gases aumentan, el cuerpo pone en marcha un mecanismo para favorecer la circulación de estos. Es entonces que el estómago se contrae y el diafragma se relaja. Por desgracia, en algunas personas, esto no sucede. Por consiguiente, empeora la situación. 

Tal vez ya lo sepas, pero el estrés también es un factor implicado en este problema. Al sentirte estresada, el organismo da pie a la producción de dos hormonas (adrenalina y cortisol). El cortisol, por ejemplo, fomenta los antojos de azúcar y la retención de líquidos.

Fuente: Todo para Ellas