Enjuagar tu boca tras el cepillado dental es el peor error; descubre el porqué

Ciudad de México.- Todas conocemos los hábitos básicos para tener unos dientes sanos y blancos: cepillarse, usar el hilo dental, evitar el consumo de alimentos azucarados, dejar el tabaco y visitar a un dentista una vez al año. Sin embargo, puede que desconozcas otros detalles que te ayudarían a tener una salud oral de 10, por ejemplo, ¿sabías que al finalizar tu rutina de limpieza dental no debes enjuagar tu boca?

Cepillar tus dientes y aclarar los dientes, la lengua, el paladar y la encía con un poco de agua es una práctica muy extendida, pero no por ello, correcta. Basta con escupir en el lavabo el exceso de pasta dental, ya que al enjuagar estás barriendo el flúor de la pasta dental. El flúor fortalece el proceso de remineralización del esmalte, asimismo, controla el ácido existente en tu boca, previene el deterioro dental y reduce el riesgo de aparición de caries.

Otro error común es guardar el cepillo dental en el cuarto de baño. Expertos recomiendan que tras cada lavado, limpies con agua el artículo, lo seques y lo almacenes en un sitio lejos del baño y la razón es más obvia de lo que piensas. Al dejarlo en ese sitio, el cepillo convive de cerca con otros cepillos, toallas, rastrillos y el inodoro. El problema con el retrete es que al tirar de la cadena, de éste se desprenden salpicaduras de las heces que terminan flotando en el aire y, en el peor de los casos, sobre las cerdas de tu cepillo.

La doctora Maria Geisinger afirma que los cepillos que se guardan en los baños están expuestos a microrganismos intestinales, los cuales sólo buscan sitios húmedos para cultivarse; dicha característica abona a la perfección con la del cepillo dental. Estudios han encontrado en esta herramienta la presencia de serratia, escherichia coli, giardia y salmonelosis. Si deseas evitarlo, guarda tu cepillo en otro lugar.

Fuente: Todo para ellas