Sexualidad

Lo bueno, lo malo y lo bonito de tener un 'free' o un 'amigo con derechos'

Actualmente se habla mucho sobre los 'amigos con derechos' y los 'free'; si bien son una opción para interactuar, es necesario que conozcas lo bueno y lo malo que implica relacionarte de esta manera
lunes, 9 de noviembre de 2020 · 12:56

Ciudad de México.- Hoy en día existen muchas formas de relacionarse sentimental y físicamente. Una de las más sonadas es la de los free o 'amigos con derecho'. Y aunque es una alternativa válida, como todas, es importante que conozcas las ventajas y desventajas que implica involucrarse así.

Lo más importante en este y en cualquier tipo de relaciones es que siempre seas sincera contigo misma y que cuides tu corazón, tu cuerpo y tu salud mental.

 

Y como el amor y el sexo son para gozar y ser felices, a continuación verás algunos puntos que debes considerar si vas a tener un 'amigo con derechos'.

  • Lo bueno

Al tratarse de una relación libre 'sin compromisos', se supone que no hay restricciones ni reclamos. De igual forma, las dinámicas son más libres y los rituales de pareja no son forzosos. Una ventaja más es que ambos están abiertos a otras relaciones sentimentales, pues entre ustedes no hay enamoramiento, aunque sí respeto, amistad y atracción.

También tienes más tiempo libre para ti, tus amigas y tus actividades. 

  • Lo malo

Si bien lo 'malo' depende de cada persona y sus expectativas de amor, es muy importante que antes de empezar su dinámica como amigos con derechos definan bien los límites de la relación así como lo que cada uno quiere de esta.

De lo contrario pueden existir celos, inseguridad y dolor. También es súper importante que seas súper sincera contigo misma y estés consiente de la libertad que tendrá tu free.

Lo bonito

Como ya se mencionó, al final de cuentas es una manera de relacionarse que le ha funcionado a muchísima gente. Tener un 'amigo con derechos' te permitirá conocerte mejor y saber qué esperas de una relación formal, así como cuáles son tus ideas de amor y qué estás dispuesta a compartir.

Fuente: Revista Fucsia