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Pensamiento mágico: Descubre qué es y por qué es tan importante en el desarrollo de los niños

El mundo de los niños está lleno de magia y fantasía. Muy a menudo, este universo imaginario tiene prioridad sobre la realidad. Este fenómeno psicológico tiene un nombre: 'pensamiento mágico'. Perfectamente normal durante la infancia, a veces se asocia con psicosis en adultos. Te lo contamos todo.
lunes, 15 de mayo de 2023 · 16:57

Ciudad de México.- Los niños tienen una imaginación desbordante. Creen en cosas que no existen, tienen una visión de la vida llena de fantasía. Su forma de pensar va más allá de nuestras rigideces, su manera de ver el mundo no está en sintonía con la realidad. ¡E incluso llegan a crear su propio mundo! Este fenómeno, psicólogos, psiquiatras y profesionales de la salud mental le han dado un nombre. Es pensamiento mágico. Pero, ¿cuál es su definición exacta? ¿Y qué designa en el niño? Se define el pensamiento mágico como la creencia de poder modificar el mundo con el pensamiento o con la palabra.

Quienes se ven afectados por ella están convencidos de que ciertos pensamientos permitirían el cumplimiento de los deseos, y también la prevención de eventos problemáticos o desagradables. Así, en el niño, el pensamiento mágico le hace creer que puede actuar sobre la realidad y cambiarla según sus deseos y sus miedos; sólo por la fuerza de su pensamiento. Como si estuviera dotado de un poder mágico que nada ni nadie podría detener, y que sólo tenía que pensar o pronunciar encantamientos en voz alta para dar forma a dicha realidad. Un ejemplo de pensamiento mágico es que si el niño quiere tener un hermanito, pensará en esta idea de manera intencional, intensa y frecuente, porque está convencido de que al hacerlo, su deseo se hará realidad. 

A primera vista, el hecho de que el niño esté tan desconectado de la realidad puede preocupar a los nuevos padres. Sin embargo, el pensamiento mágico es un fenómeno completamente normal en los niños pequeños. A esta edad, no es del todo capaz de distinguir el mundo imaginario con el que sueña del mundo real en el que vive: el cerebro y las funciones cognitivas asociadas no están suficientemente desarrolladas.

Este pensamiento mágico es incluso bastante esencial para la construcción de la psique y el desarrollo del niño. Aprehendido bajo un prisma más ligero, permite que la cabeza rubia desarrolle su creatividad. Según Sigmund Freud, el niño pequeño necesita autoengañarse y luego caer desde muy alto para comprender y aceptar que el ser humano tiene una parte de impotencia y que no puede controlar todo en su existencia. De hecho, durante la primera infancia, este último es egocéntrico. Tiene la impresión de que todo está conectado a él, que tiene control sobre todo lo que lo rodea. El pensamiento mágico y la desilusión que conlleva permite al niño salir de su etapa egocéntrica y comprender el modesto impacto que tiene en el Universo.

Fuente: Todo para Ellas